La Isla de Cuba representa una magnífica opción para viajar en familia. Infinidad de actividades para mayores y niños, sin renunciar a hacer lo que más nos gusta: correr.
Playas de agua cristalina, arena blanca y palmeras junto a un recorrido histórico que nos transportará a los escenarios de grandes cintas cinematográficas como “Fresa y Chocolate” o “Clandestinos”. La decadencia de las calles de la Habana, las mismas que enamoraron a Ernest Hemingway, nos aguardan entre son cubano, ron y probablemente algunos de los atardeceres más impactantes, desde el mítico malecón.
Cuba tiene mucho por ofrecer, una gastronomía por descubrir y unos paisajes paradisíacos como sus playas de Varadero donde los más pequeños (y no tan pequeños) de la familia disfrutarán en grande gracias a su flora y fauna. Cuba destaca entre sus vecinos caribeños por su gran diversidad, porque no es solo un destino de sol y playa. Su historia, cultura y entorno natural nos tienen reservados un mundo para ser descubierto por nuestros ojos.
Desde las calles llenas de vida de la Habana, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, pasando por Pinar del Río, donde se congrega la mayor producción de tabaco de la isla, o las coloniales Trinidad y Cienfuegos, donde el tiempo parece haberse detenido.
Conoceremos la naturaleza en su máximo esplendor en Cayo Blanco, el paraíso para los buceadores. Hablamos de una Isla virgen de 15km de largo donde la naturaleza marina cobra su máxima expresión en libertad. No podemos olvidarnos de La Reserva Natural de Hicacos, en Varadero, que nos trasladará a la época en la que los piratas surcaban sus aguas y utilizaban sus increíbles cuevas, siempre en busca de tesoros.
En noviembre, La Marabana nos brindará la oportunidad de hacer un “break” al otoño europeo, americano o canadiense, para recordarnos que, en algún lugar del mundo, siempre es verano. Esta es la mejor de las excusas para volar a La Habana y recorrer la ciudad, a lo largo de 42 km, con su maratón. La Marabana no es tan solo turismo deportivo, sino también turismo familiar, el binomio perfecto para todos los miembros de la familia.